La jefa de la misión de monitoreo de derechos humanos de la ONU en Ucrania, Matilda Bogner, no solo advirtió que el número de muertes de civiles en ese país puede «mucho más alto que los 3.381 informados hasta el momento» sino que además expresó su «preocupación» por las violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional «cometidos tanto por las tropas rusas como por las ucranianas».
«Hasta la fecha hemos corroborado 7.061 bajas civiles, con 3.381 muertos y 3.680 heridos en todo Ucrania desde el inicio del ataque armado de la Federación Rusa -24 de febrero pasado-. Hemos estado trabajando en estimaciones, pero todo lo que puedo decir por ahora es que son miles más que las cifras que les hemos dado actualmente», sostuvo Bogner, jefa de la misión de monitoreo de derechos humanos de la ONU en Ucrania en una sesión informativa en Ginebra.
«El gran agujero negro es realmente Mariúpol, donde ha sido difícil para nosotros acceder por completo y obtener información totalmente corroborada·», agregó la funcionaria que la semana pasada visitó 14 ciudades en las regiones de Kiev y Chernígov, que estuvieron ocupadas por los rusos desde marzo.
La advertencia se emitió cuando se descubrieron docenas de cuerpos más en las ruinas de un edificio de cinco pisos quemado y derrumbado en Izium, en la región de Járkov, y cuando la agencia de migración de la ONU señaló que 8 millones de personas fueron desplazadas internamente dentro de Ucrania por el conflicto bélico.
«Hemos recibido información fidedigna sobre torturas, malos tratos y detención en régimen de incomunicación por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania de prisioneros de guerra pertenecientes a las fuerzas armadas rusas y grupos armados afiliados», reveló Bogner, quien agregó que siguen apareciendo videos que muestran un «trato inhumano» a los presos de ambos lados que son coaccionados para hacer declaraciones, disculpas y confesiones.
«Esto viola las normas fundamentales del derecho internacional humanitario», subrayó Bogner, quien pidió a las autoridades rusas y ucranianas investigar «con prontitud y eficacia» todas las denuncias de tortura y malos tratos a prisioneros de guerra así como «controlar e instruir» de manera efectiva a sus fuerzas para evitar que ocurran más violaciones.
Por último, la ONU destacó que la única forma de terminar con las violaciones será poniendo fin a las hostilidades.
«Mientras estén en curso, las partes deben tener cuidado constante en la conducción de las operaciones para proteger a todas las mujeres, hombres y niños civiles y a las personas fuera de combate. que caen bajo su control», sentenció Bogner.
Reflexión del Papa
«El mundo vive un tiempo de dura prueba, marcado primero por la tempestad inesperada y furiosa de la pandemia; y luego por una guerra que afecta la paz y el desarrollo a escala mundial», aseveró Francisco.
La afirmación del Papa se da en medio de alzas generalizadas de los precios de las materias primas en todo el mundo por el conflicto que involucra a dos de los mayores exportadores de alimentos y energía.
En ese marco, el Papa consideró que «no es casual que la guerra haya vuelto en Europa en el momento en que la generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo».
Para Francisco, «estas grandes crisis pueden volvernos insensibles al hecho de que hay otras epidemias y otras formas extendidas de violencia que amenazan a la familia humana y a nuestra casa común».
«Frente a todo esto, necesitamos un cambio profundo, una conversión que desmilitarice los corazones, permitiendo que cada uno reconozca en el otro a un hermano», continuó.
De cara a la relación con los adultos mayores, Francisco convocó a una «revolución de la ternura».
«Los invito a anunciar esta Jornada en sus parroquias y comunidades, a ir a visitar a los ancianos que están más solos, en sus casas o en las residencias donde viven. Tratemos que nadie viva este día en soledad», pidió el Papa.